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5 maneras de evitar la adicción a tu teléfono móvil y ser más eficiente

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Nuestro mundo tiene una nueva adicción. Esta adicción es muy aceptada en la mayoría de los restaurantes, hogares, hospitales o mientras visitamos a amigos o familiares. Es el nuevo mejor amigo para los adolescentes y niños de las últimas generaciones, mientras que las generaciones de los mayores o los adoran o los odian. Esta tendencia adictiva y socialmente aceptada a la que me refiero son nuestros teléfonos inteligentes (“smartphones” en inglés).

La moda de los teléfonos inteligentes no solo ha afectado a los adolescentes, ya que muchos adultos, profesionales y empresarios también están muy conectados a este dispositivo portátil. Podemos publicar fotos, escribir un tweet y promocionar un producto, todo al mismo tiempo, independientemente de nuestra ubicación. Parece que estamos tan conectados que con un click podemos llegar a tocar a la persona a la que escribimos.

Como emprendedor autónomo que eres, probablemente ya conoces los beneficios de usar tu smartphone. Tener una conexión constante con tus empleados (si tienes), con tus citas por negocio o amigos, todo con solo deslizar el dedo, a veces parece milagroso. Hay aplicaciones prácticamente para todo y es difícil no revisar constantemente tu teléfono para ver si has recibido una nueva notificación de algo.

Sin embargo, nuestros teléfonos también nos han desconectado personalmente. Como empresario deberías mantener un equilibrio entre la gestión de una situación de la vida real y una en la “realidad virtual” de los teléfonos inteligentes. En este post te propongo que revises algunos aspectos importantes sobre cómo puedes alejarte de tu teléfono, no solo para convertirte en un mejor emprendedor, sino también para conectarte más personalmente con tu equipo, con tu familia y con el mundo real.

1. Elige cuándo hacer una llamada de teléfono y cuándo enviar un mensaje de texto o un correo electrónico

Nuestros teléfonos, aunque son necesarios, no ofrecen un toque personal o un fuerte sentido de valor si se utilizan como única forma de comunicación en el mundo de los negocios. En España al menos, nos gusta “verle la cara” al que le compramos y aunque usemos el teléfono para concertar una reunión, solemos decidir si comprar o contratar los servicios a alguien una vez hayamos hablado personalmente con él.

2. Recuerda el poder del contacto visual

El poder de mirar a alguien a los ojos es inigualable cuando se trata de mostrar confianza en ti mismo. Es fácil esconderse detrás de tu teléfono o no mirar a alguien de frente, sino distrayendo su atención al mostrarle algo en tu pantalla. Cuando te encuentres con alguien nuevo, recuerda siempre mirarlo a los ojos y no apartar tu mirada. Tampoco es plan de mirar como un loco, sino dejarle claro que confías en lo que dices y sabes que tu producto/ servicio funciona.

3. Cuando hablas con alguien, guarda tu teléfono

Mientras mantienes una reunión o incluso si te encuentras a un cliente por la calle, guarda tu teléfono o ponlo en silencio. Es mucho más fácil responder a la llamada después que pedir disculpas en el momento quedando mal. Nuestros teléfonos nos distraen tan fácilmente que incluso una simple vibración puede interrumpir tus ideas durante una conversación en directo  con otra persona.

Además, el atender una llamada o dejar que tu teléfono interrumpa libremente la reunión no es nada profesional y es muy molesto para la persona con la que has quedado. Si te está dando su tiempo, es mejor respetarle y prestarle el 100% de tu atención. Las personas no quieren sentir que su tiempo no es valorado, especialmente si previamente has sido tú el que ha querido quedar.

4. Haz lo mismo en casa

Si tratas con respeto a tus clientes, con más respeto deberías tratar a tu propia familia. Si tienes niños, probablemente sabes que cuando juegas con ellos debes guardar tu teléfono, porque ellos notan que no estás con ellos mentalmente, sino pensando en el último mensaje que has recibido.

Al final de un largo día, es muy fácil tumbarte en el sofá con tu teléfono y jugar a un juego, enviar whatsapp  a amigos o enviar correos electrónicos relacionados con el trabajo. ¿Por qué no probar a dedicar una hora más o menos para concentrarte en tu familia plenamente?

5. Recuerda la realidad en la que vives

¡No borres la línea invisible entre el mundo de los móviles y el mundo real!

Nuestros teléfonos nos facilitan el trabajo, en el sentido de que no tenemos que estar atados a una oficina para hacer nuestro trabajo. Sin embargo, de la misma manera, también nos cuesta más separarnos de nuestro trabajo, quedando atados por una cuerda invisible a nuestro querido móvil.

Nuestras dos realidades comienzan a fundirse y pronto, parece que no podemos recordar cuál es más importante. Si te encuentras respondiendo varios correos electrónicos, publicando demasiado en las redes sociales o simplemente sientes que se te acaba la batería del teléfono antes del mediodía, entonces tal vez sea hora de retroceder y priorizar la realidad en la que deseas vivir.

Para acabar, te dejo que reflexiones con esta frase del libro de Robin Sharma “El club de las 5 de la mañana” que define muy bien a esta adicción:

“…las personas adictas a sus teléfonos eran como zombis cibernéticos. Yo los veo cada día. Es como si ya no fueran seres humanos. Parecen robots, pegados a sus pantallas. No están presentes, están medio vivos.”


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Gabriela
Gabriela

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